
Roland Garros: donde Alcaraz batió récords el año pasado

Oye, ¿te has dado cuenta de lo cerca que estamos ya de Roland Garros? Queda nada para que arranque el show en la tierra batida más mítica del mundo. Apunta: del 25 de mayo al 8 de junio tenemos cita obligada con el segundo Grand Slam de la temporada, ese torneo que cada año convierte París en el epicentro del tenis mundial.
¡Y cuidado, que no es cualquier torneo! Roland Garros tiene ese algo especial. ¿Será por la historia, el polvo de ladrillo, el ambientazo del público francés o las batallas épicas que se viven en la Philippe-Chatrier? No estamos seguros, pero lo cierto es que este torneo tiene un magnetismo único. Y más desde que Carlos Alcaraz lo conquistó el año pasado. Hizo historia y se ganó un sitio entre los grandes.
Así que aquí estamos, como cada mayo, mordiéndonos las uñas y preguntándonos: ¿y este año, qué? ¿Volveremos a emocionarnos? ¿Podrá Carlitos repetir la gesta? En este artículo repasamos qué es lo que hace tan especial a Roland Garros. Recordaremos cómo fue esa increíble victoria de Alcaraz en 2024 y por qué hay motivos de sobra para flipar con lo que viene.
Porque sí, el tenis vuelve a París y nosotros en Tonybet estamos listos para disfrutarlo como nunca.
El segundo Grand Slam del año, la gran batalla de París
Roland Garros no es cualquier torneo. Es el segundo Grand Slam de la temporada y, para muchos, el más duro de todos. Aquí no solo se necesita talento. La paciencia y la resistencia física son dos ingredientes básicos, además de mantener la cabeza fría, eso sí. Porque en la tierra batida de París, todo cuesta el doble.
¿Y qué tiene Roland que lo hace tan especial? Pues un poco de todo: historia, ambiente, tradición, y ese algo que no se ve pero se nota. Un torneo que huele a épica, a partidazos que te dejan sin uñas y, sobre todo, a victorias de los nuestros. Vamos por partes:
La tierra batida
Jugar en arcilla es como meterse en una pelea a cámara lenta. Parece que tienes tiempo para todo, pero, en realidad, tienes que hacerlo todo perfecto o estás perdido.
- Es la única superficie de arcilla entre los Grand Slams.
- Los puntos duran una eternidad. Aquí no hay “saque y punto”, aquí hay que currárselo.
- Favorece a los jugadores con buen físico, juego defensivo y capacidad de sufrir.
- El bote de la bola es más lento y alto, así que hay que construir el punto, no ir a reventar desde el primer golpe.
El ambiente parisino
El público francés es como ese amigo que no se calla en todo el partido. Pero cuidado, porque también sabe de tenis y, cuando te metes a la grada en el bolsillo, te arropa como nadie.
- Viven el tenis con una intensidad muy suya: gritan, aplauden, abuchean… todo en el mismo set.
- Jugar en la Philippe-Chatrier impone, sobre todo si no estás acostumbrado a un estadio que parece más un teatro que una pista.
- París aporta ese toque artístico y sofisticado… pero ojo, que en la pista es una selva y no hay quien se salve.
El desgaste físico
Aquí no gana el que más bonitos hace los highlights, sino el que aguanta más sin reventar. Literal.
- Los puntos se eternizan y cada set es como una maratón.
- Hay que correr, deslizarse, defender y volver a empezar… una y otra vez.
- Hasta los cracks sudan tinta china para sacar adelante los partidos. Aquí no hay caminos fáciles.
¿Y por qué Roland Garros es tan tocho en el calendario?
Roland Garros no es solo un trofeo bonito más en la vitrina. Es la joya de la corona en la gira de tierra batida. Viene justo después de torneos clave como Montecarlo, Barcelona, Madrid o Roma, y cierra esa etapa con broche de oro. El que ha ido sumando buenas sensaciones en las semanas previas llega a París con confianza (y con las piernas más fundidas que un móvil sin batería).
Además, este torneo es como un punto y aparte. Justo después viene un cambio de chip total: pasamos del polvo de ladrillo a la hierba, lo que en lenguaje tenístico significa una cosa muy clara… ¡Wimbledon está al caer! Así que quien lo peta en París manda un aviso serio: «cuidado conmigo, que vengo fuerte para lo que queda».
Y ojo, que ganar en Roland Garros no es moco de pavo. Aquí se han coronado leyendas como Nadal, Borg o Evert. Meterse en ese club es como colarte en el olimpo del tenis. No es un título más, es EL título que puede cambiarte la carrera. Que se lo digan a Carlitos…
Alcaraz en 2024: el prota de la peli en Roland Garros
¿Te suena lo que pasó el año pasado en Roland Garros? ¡Fue de película! Pero no de esas que te duermes, no… de las buenas, con tensión, emoción, giros de guion y un finalazo de los que se celebran a lo loco.
Y el protagonista, cómo no, fue Carlos Alcaraz. Con 21 años se marcó una semana mágica en París y levantó el trofeo en la Philippe-Chatrier como si fuera lo más normal. Un torneo redondo, donde jugó con cabeza, con corazón y con ese puntito de magia que solo tienen los grandes.
Un camino lleno de desafíos
Desde el primer partido, Carlitos salió como un cohete. Se notaba que venía enchufado, con las ideas claras y un objetivo grabado en la cabeza: ganar. En primera ronda no dio lugar a dudas, aplastó a J.J. Wolf con un 6-1, 6-2, 6-1 con tanta soltura que parecía un entrenamiento.
En segunda ronda, contra Jesper de Jong, tuvo que ponerse un poco más serio. El neerlandés le birló un set, pero nada que no pudiera resolver con un poco de garra: 6-3, 6-4, 2-6, 6-2. ¿Resultado? Otro paso firme.
En tercera ronda se cruzó con Sebastian Korda, un rival con pedigree pero que no pudo seguirle el ritmo. Alcaraz se lo llevó por 6-4, 7-6(5), 6-3 y ya se empezaba a hablar en los pasillos de que iba muy en serio. En octavos se enfrentó a Félix Auger-Aliassime, y ahí sí que no dejó ni las migas: 6-3, 6-3, 6-1. Era una auténtica locomotora. En cuartos llegó Stefanos Tsitsipas, uno de esos que siempre quiere brillar en París. Pero ni con eso. Carlitos le dio un recital: 6-3, 7-6(3), 6-4. Ni un solo set perdido desde segunda ronda. ¡Brutal!
La semifinal: una batalla épica
Y entonces… ¡BOOM! Llega la semifinal contra Jannik Sinner. Dos cracks jovencitos con estilos diferentes y un partido de esos que te dejan sin uñas. Fue una auténtica batalla. Todo empezó cuesta arriba para Alcaraz: Sinner se llevó el primer set por 6-2 y parecía que le tenía tomada la medida. Pero Carlitos respondió con autoridad: 6-3 el segundo. Luego, Sinner volvió a apretar y ganó el tercero 6-3. Y ahí muchos pensaban que el italiano estaba mejor físicamente.
Pero lo que pasó después fue un espectáculo. Alcaraz, con una mezcla de coraje y clase, se transformó en gladiador. Se llevó el cuarto set 6-4 y en el quinto directamente lo devoró: 6-3. Lo que hizo en ese tramo final fue de otro planeta: subió el nivel cuando más quemaba la bola, metió golpes imposibles y celebró cada punto como si fuera match point. Fue uno de esos partidos donde te das cuenta de que estás viendo algo especial. Que estás viendo a un campeón.
La gran final: un duelo para la historia
Y entonces llega la final, el momento de la verdad. Del otro lado de la red, Alexander Zverev venía también con hambre de título y experiencia en partidos grandes. Pero Carlitos no se vino abajo y el primer set fue para él: 6-3. Empezó dominando, con el brazo suelto, tirando dejadas como quien lanza caramelos. Pero Zverev no es fácil y se repuso. Ganó el segundo set 6-2 y, después, le dio la vuelta al tercero con un 7-5 que dejó al murciano tocado… aunque no hundido.
Porque en ese momento de máxima tensión, cuando todo el mundo se pregunta si va a aguantar, Carlitos activa el modo bestia. Se marca un cuarto set de escándalo: 6-1, con golpes de todos los colores y un ritmo que parecía de videojuego. Y ya en el quinto, cuando hay que tener la cabeza fría y el corazón bien caliente, lo destroza con un 6-2. No dio opción. Lo remató sin piedad.
Un campeón para la historia
Ese día, Alcaraz no solo se apuntó su tercer Grand Slam (tras el US Open 2022 y Wimbledon 2023). Se convirtió en uno de los pocos que ha ganado en las tres superficies con solo 21 añitos. Flipante.
Pero más allá de los récords, lo que quedó claro en París es que Carlitos no es el futuro del tenis… es el presente. Por eso, su victoria en 2024 no fue solo un título. Fue una declaración.
¡Esperemos que este año pueda recrear esa magia!
Vale, lo sabemos. Este 2025 no ha empezado como todos esperábamos para Carlitos. Después de lo que hizo en 2024, muchos soñábamos con un arranque de temporada arrollador, pero la realidad ha sido otra. Las derrotas en Indian Wells y Miami, sumadas a la lesión que lo dejó fuera de Madrid, nos hicieron preguntarnos si este año sería más complicado de lo previsto.
Pero vamos, tampoco hay que montar el drama. La temporada es larga y, si algo ha demostrado ya Alcaraz, es que sabe levantarse. Aunque se ha saltado Madrid para recuperarse bien, en París va a llegar como uno de los cocos. Ya sabe lo que es levantar la copa allí, tiene experiencia, tiene nivel… y lo más importante: tiene ese hambre que no se puede entrenar.
¿Y por qué no soñar? Imagínate que esto solo ha sido un tropezón al principio y lo que viene ahora es una remontada de locos. Que se planta en Roland Garros, se lo lleva otra vez y luego se va a Wimbledon con la confianza por las nubes. Sería brutal, ¿no?
Y si eres de los fans a los que les gusta seguir todo al detalle, te recomendamos no perderte las cuotas de Tonybet. Las actualizan todo el rato, abren un montón de mercados distintos y te ayudan a ver cómo pinta todo para Carlitos… y para los demás. Tener el radar bien puesto antes de que empiece el show en París nunca está de más.